Tecnología e innovación
El siguiente artículo que comento, es
de la autora Maria Alejandra Bosco, Doctora en Filosofía y Ciencias de la
Educación por la Universidad de Barcelona y tiene como título “De la supuesta relación entre tecnología e
innovación educativa:¿Cuándo las TIC mejoran la educación?”. En el
hallaremos una reflexión sobre la Tecnología Educativa y sus aspectos sobre
innovación, así como una crítica sobre su supuesto valor neutral y en relación
al mito de la máquina. También nos ofrece unas líneas sobre cómo mejorar la
educación con ayuda de las TIC, de cómo potenciar su uso cognitivo y su
integración en el currículum. Por ultimo también nos presenta un decálogo de
recomendaciones que pueden contribuir a este uso cognitivo de las TIC.
Lo primero que me viene a la mente,
una vez leído y divagado sobre el tema que se nos expone en el artículo, es que
tal vez son pocos los que le dan verdadera credibilidad a las TAC como
herramienta para aprender, que muy posiblemente dar un buen uso de esta
tecnología pedagógica solo significa mostrar un poco de interés y amor
pedagógico por un trabajo con fundamento. Educar no es simplemente esculpir
elementos en una tabla rasa, a mi modo de ver educar es jugar con estos
elementos hasta darles la mejor forma para que aquellos que aprenden puedan
entenderlos y así poder jugar con ellos también. En relación con este juego las
TAC suponen una tablero de juego tan potente del cual aún no somos
conscientes. Y me arriesgaría a decir
que precisamente porque no somos conscientes de sus potencialidades, hasta el
punto de dar miedo, las expectativas e inversiones son prácticamente nulas.
Respecto a lo último comentado sobre
las expectativas de las TAC, me refiero sobretodo en relación al concepto que
se expone sobre innovación. Considero que se hace una gran crítica de cómo se
pregona sobre innovación de las tecnologías en educación bajo el discurso de
“cuanto más nuevo es el artefacto, más eficaz resultará”. Este es un claro
ejemplo de cómo no se ha hecho un proceso real de planificación y programación,
en donde se ha deliberado por cual es o no el mejor artilugio para llegar a los
objetivos esperados. Da la sensación de que más bien se hace a la inversa,
aparece un nuevo artefacto y se valora que aprendizajes se puede extraer de él,
aunque no implica que realmente este aprendiendo.
Un claro ejemplo sobre esto lo
encontramos en la “obligatoriedad” actual de un ordenador por cada niño,
realmente se remplaza el papel por el portátil. Es decir, el o la profesora
sigue usando el mismo sistema de exposición en el aula con la pizarra
electrónica o el PWP y el niño se limita o a copiar o a consultar el su
portátil igual como si fuera un libro o su cuaderno. Fríamente habría que
pensar si era realmente necesario que cada niño tuviera un portátil, ya que,
tal vez, se ha querido implementar la mecánica del aula con un nuevo artefacto
sin haber un proyecto que se base en las potencialidades de este.
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